miércoles, 25 de febrero de 2009

Humanizadores Caninos


He notado la tendencia en aumento de humanizar a los perros, como si fueran un integrante más de la casa o incluso, como si fueran El integrante fundamental de un hogar. Si antes los perros mínimos eran adoptados por parejas gays o solteronas al pedo, ahora la humanización can se extinguió a cualquier hogar tipo.

Considero atroz el hecho de ponerles nombres de seres humanos a las mascotas. No comprendo la necesidad de malgastar nuestros nombres en un animal de cuatro patas al cual le da lo mismo llamarse “Martina” que “Tina” o simplemente “Pichicha”. Por esta razón dentro de unos años pondremos a nuestros hijos, “Campeón”, “Sultán”, “Blacky”, “Toby” o “Blanquito”, para diferenciarlo de nuestra mascota “Camila”.

Es por demás de indignante el constante interés en disfrazar al pobre pichichus , si pudieran hablar estos bichos demandarían a sus dueños por daños psíquicos irreparables. Acepto el polar en pleno invierno cuando tu mascota es medio pelada, pero ponerle un Tu-Tu a un caniche Toy es demasiado.

El pobre animal es sólo eso, un animal.

No es un regalo de “Perdón” de una novia pelotuda, cuestión que el novio a los tres meses y luego de perder el octavo par de zapatos masticados termina regalándolo a la señora de la limpieza.

No es un juguetito que uno regla para el día del niño, con el objetivo que tu hijo lo adopte como nueva “Barbie” y le aplique raros peinados nuevos o lo lance por el balcón.

No es una bolsa de agua caliente que deba introducirse en tu cama con el objeto de que tu cama se vea no tan vacía y con un poco de tibieza.

No es un psicoanalista, cuestión que le animal tiene la función de levantarte el ánimo cada vez que llegas deprimido de la vida.

No es una cartera Louis Vuitton que uno saca a relucir con las amigas a un bar o un teatro.

Ante tanta pelotudez canina me quedo con lo que decía una amiga, que no logra enternecerse ni con un perro lanudo de 6 meses moviéndole la colita:

“Los únicos animales que entran en mi casa son los que están colgados en una percha o descansando en la heladera”.

Imagen: Arte boliviano

((Dedicado a Tano Y Rafa por los premios que me otorgaron))

domingo, 22 de febrero de 2009

Aburguesamiento


Evidencias:


Si dejaste de consumir aceite de maiz y te pasaste al de oliva extra virgen doble prensado.

Si dejaste la clásica lechuga repollada para preferir colchón de "hojas verdes".

Si dejaste de compar frutillas para pedir, "frutos del bosque".

Si los brotes de soja, alfalfa o remolacha se meten en tu ensaladera al menos tres eveces por semana.

Si abandonaste el café de la mañana para consumir te verde en hebras.

La conclusión es que evidentemente, estás aburguesado.

El aburguesamiento se nota en la heladera y en la alacena.


Anidar productos novedosos, enriquecidos o modificados, con extra calcio, extra hierro o extra fibras es una evidencia suficiente del cambio.


Se nota además en el del baño, cuando los jabones empiezan a despedir fragancias exóticas y coloridas de diversas formas y texturas.


Dificilmente un aburguesado vuelva a la simpleza cotidiana , del porrón y las pizzas, salvo por una de rúcula y queso de cabra. Mucho menos aún, cuando en la heladera el imán de delivery de sushi cobra protagonismo.


El aburguesamiento es un proceso lento pero seguro, a los 20 empezas a preferir pan negro en lugar de lactal blanco, a los 25 te clavás una Big Mc sólo cuando estas de vacaciones, y a los 30 te encontrás discutiendo con el carnicero porque no te trajo cordero patagónico para la cena que estás organizando!


He llegado a encontrarme en el medio de una sesión de pedicuria y esmaltado a la francesa, con mujeres que antes me las cruzaba en un camping de Tilcara en las vacaciones o que en otra época, lejana, se sentaban en un bar de lata para comer una milanga!


¿Y cuanto de aburguesada estoy?, aún no lo se. Pero si comienzo a decir colorado en lugar de rojo, por favor, están autorizados a asesinarme, o al menos a tirarme de las crenchas, por exceso de boludez.



Imagen: V. Vitar.


CRENCHAS = Pelos


miércoles, 18 de febrero de 2009

Año Nuevo



Arranca un año nuevo.




El almanaque vuelve a cero.




¿Y qué sucede cuando se termina una decena? ¿y cuando se terminan tres?




Pensé que me levantaría con el culo por el piso y las tetas en la rodilla.




Pensé que luego de lavarme la cara el espejo me devolvería un rostro lleno de arrugas. Que al mirar los dientes, observaría los estragos producidos por años de tabaquismo, café y mate amargo, y veía a mis jugadores, vestidos de amarillo.




Pensé que sería un buen momento para teñirse el pelo, tapar esas canas espantosas y elegir como color el rubio platinado.




Pero NO, aqui estoy hecha una piba, todo en su lugar y con el color de origen. De no ser por el DNI nadie se daría cuenta que mis "veinti..." culminaron, se liquidaron.




Igualmente, desde hoy comienzo a odiar a todas las pendejas con el culo por la nuca y las tetas en el cuello, que usan minis y zapatillas a cualquier hora de día y sin obligaciones de horarios ni compromisos. Que hablan a los gritos y se manejan en grupitos, todas vestiditas iguales y con el corte de pelo de la misma peluquera.




Si hoy se me cruza un espécimen femenino de menos de 30, simplemente la mato.




viernes, 13 de febrero de 2009

Yo te avise



Yo te aviso, maldito ángel flechador de corazones solitarios, YA TENGO PAREJA!, así que no te me cruces en el camino con flores, bombones o peluches porque simplemente te mato.





He tratado de ignorarte durante toda la semana, y te me apareces igual, ángel con rulos rubios y sonrisa de mueca, en cada esquina y oliendo a rosas.





¿Y qué necesidad tenés de remarcar con flúor la soledad adjudicándote un día?





¿No es suficiente que una persona integra, y hambrienta no pueda comer una paella en un restaurante sólo porque es un plato "para compartir"?.





Adoradas poetizas bloguers, les imploro guardar sus post endulzados de tanto amor y publicarlos en agosto!





Yo te avise!,

no quiero convertirme este fin de semana en un spam humano, retrucando cada post.

Imagen: V. Vitar.

(vive y deja vivir)

martes, 10 de febrero de 2009

Delete


Voy a visitarlo y me encuentro con un adefesio de tamaña importancia, maloriento y sucio.


TucuMALA: ¿Que hace aún el arbolito de navidad acá?


Abuelo: Queda lindo, además alegra el living!


TucuMALA: Al único que puede alegrar es a un perro, si lo tuvieras, así tendría un lugar para mear dentro de la casa.


Abuelo: ¿Te parece?, vinieron otras personas y no dijeron nada.


TucuMALA: Obvio, sos viejo, a los viejos no se les dice nada. Pero yo soy tu nieta y debo decirte dos cosas, de por si los arbolitos de navidad son decadentes, salvo el 24 a las 12. Y además, la toalla del baño esta roñosa, así que no solo quita ese espanto del living sino también lo del baño antes que muera por exceso de mal gusto.


Hasta en la casa de un octogenario acepto el descuido, pero pasar por un zapatería y encontrarme con un cartel brilloso, con falta de color que diga "Felices Fiestas", es demasiado. Me dan ganas de entrar y exigirle a la dueña que saque el cartel!


De por si las festividades son decadentes, mas aún la decoración alegórica a pesar de estar cerca del del niño o del padre, me repugna ver por todos lados la misma foto: "el niño besando al padre, quien sonríe frente a tamaña expresión de amor".


Mi tolerancia se termino hace unos días, frente a esta situación:

TucuMALA: Disculpa, esta bolsa es de las fiestas, ¿me la podés cambiar?


Vendedora: Si, pero nos sobraron estas bolsas y las seguimos usando, es lo mismo salvo por el arbolito y la estrellita arriba.


TucuMALA: Salvo por esos dos detalles... claro. Te parece que es un detalle menor? Mira, esto es un regalo, no puedo caer en pleno febrero con un bolsa navideña solo porque uds. son tan ratas que no pueden imprimir mas bolsas!. ¿Y cuando pase el día de la madre? ¿me tendré que comer hasta diciembre la clásica bolsa rosada?


No gracias.


Imagen: V. Vitar

miércoles, 4 de febrero de 2009

Las Cartoneras



Las mujeres tenemos almas de cartoneras, acumulamos objetos indeseables a lo largo de nuestras vidas y por mas que ocomodemos la mesita de luz tres veces al año, siempre quedan dando vueltas cositas que nunca terminamos de tirar a pesar de que algunos de ellos ni siquiera guarden una relacion afectiva.

Nos cuesta horrores tirar una pila aunque ya no sirva mas, el blister de algún medicamento, las trabas invisibles sin la gomita de final y los botones. Esta mania de acumular cosas inútiles, que no ocupan mucho espacio es una critica común y reiterada por el gremio del frente (masculino).

Me impresiona ver algunos casos mas patologicos de mujeres que (con perdón del gremio), se han mudado 7 veces e igualmente trasladan a su nueva la foto del viaje a bariloche en el 1996 toda amarillenta, tarjetas de boliches de Miramar 1998 o posavasos de algun viaje en el 2000.

Hay cartoneras que se niegan a tirar el cuaderno de 1° grado a pesar que jamás los volvio ver en su vida, acumulan apuntes de la Facultad, agendas viejas, dibujitos realizadaos en alguna comunicacion telefónica eterna cuando se resolvía la vida de alguna amiga en problemas.

Las peores son las cartoneras melancólicas, se apegan a elementos inútiles que suponen recordar momnetos inolvidables de su vida, asi que atesoran el papel del primer chicle que les regalo el trecer novio de sus vidas, el envoltorio y los moños que recibio a los lardo de sus 35 cumpleaños, los ositos que recibio al cumplir 15 años, sumados a los recibidos por algun galanazo que no se enteró que ya tenia 25 años o igual le cayo con un peluche para su cumpleaños.

La cartonera melancólica hace del rejunte de porquerías una misión en su vida, se indigna si te ve tirando la tarjeta invitacion del casamiento de tu amiga, supone que debes guardar ese carton por el resto de tu vida. Asimismo no tolera ir a un evento y no llevarse un souvenir de recuerdo. Eso no sólo incluye alguna inutilidad como ser una ceramica con la fecha y motivo del encuentro, además se lleva parte del cotillon (goros con formas de quesos, antoface con falta de lentejeulas, mangueritas fluors para algun sobrino, entre otros) y el arreglo floral ya que supone que esas flores con olor a morgue le ambientarán su casa.

Confesemoslo, cada mujer guarda alguna porqueria en el fondo de sus carteras, en sus mesitas de luz, arriba de los placares, al lado de la TV y en el cajon de abajo de los cubiertos en la cocina. Cosas que jamás tiraremos, a pesar de que la lapicera no tiene mas tinta, que el año 2008 finalizó, que la tijera no tenga mas filo y esté toda oxidada, que el perfume se liquidó.
Pero ojo, esta conducta asquerosa y recriminada hasta el cansancio por el compañero, cuando se da al reves en 1.000 veces peor, ya que tolerar ositos y frascos de mayonesa vacios es una cosa, pero encontrar diseminados por doquier clavos, pelotas pinchadas con olor a muerte, cables, y stickers es realmente un drama!
Imagen: V. Vitar

lunes, 2 de febrero de 2009

Todo termina... ¡al fin!


Terminaron las vacaciones, uno supone que el regreso será llego de regocijo y placer, pero los días de descanso no solo que terminan abruptamente sino que se inicia una carrera despiadada para poder volver.


Todo comienza con la maldita cola para cargar nafta, es increíble pero ese mismísimo día te acordás que para que un auto se mueva necesita combustible, como vos otros miles se acordaron de la misma obviedad.


Lamentablemente, todos tenemos que estar el lunes de vuelta al trabajo, asi que las colas en la ruta son interminables. Pasado el transe de la ruta 2, y luego de varios kilómetros recorridos comienza la certeza de que te estás acercando a tus pagos. Es el calor infernal de Santiago de Estero, una provincia enorme, con rutas largas y feas, y paisajes todos iguales y aburridos.


Por fin el hogar, la ropa se reproduce de las valijas, absolutamente esta TODO sucio, sumado a la ropa que dejaste antes de partir y que no llevaste por ya encontrarse sucia. No termina ahí todo, misteriosamente en tu heladera no hay nada ingeridle, así que la única opción es seguir comiendo las mismas galletas que te acompañaron durante todo el largo viaje.


Pedís un delivery y te resignas a comer nuevamente una pizza como todos los días de tu veraneo.


Arranca el lunes, si bien el bronceado ayuda a la estética de cualquier ser humano, las normas sociales indican que hay que vestirse para salir de tu hogar, así que se inicia el disfraz, ropa que está en tu ropero pero colgada como si fuera para un museo que atestigüe los diferentes looks que tuviste en tu vida, debe ser recauchutada para tu jornada laboral.


Lo he decidido, mi lunes arranca hoy como una hipie-flogger después de la guerra.
imagen: V. Vitar