sábado, 20 de marzo de 2010

Pequeñas mudanzas


Me parece increíble cómo hay objetos que circulan en una casa de un lado a otro cumpliendo funciones importantísimas, y que lamentablemente al ser sólo UNO, siempre se pierden, están lo más alejado posible de donde estamos y nos complican la vida.


No puede ser que las pilas terminen mudándose del despertador al control remoto del aire y del control del aire a la epilady de forma circular. La pequeña mudanza de las pilas me altera, porque cuando quiero prender el aire, están en la epilady y cuando me quiero depilar se encuentran en el despertador.


Tengo un par de cosillas que requieren adaptador y alargador y que nunca pero nuca están donde deberían estar. Cuando quiero planchar(me el pelo), el adaptador esta en la tostadora y cuando me levanto con ganas de unas tostaditas resulta que el adminiculo está enchufado a la licuadora, cuando en mi reputisima vida tomo un licuado de banana!


Aún no me explico cómo si para evitar cualquier tipo de inconvenientes, olvidos, ajetreo o incomodidades he adquirido dos televisores, dos dvds, dos termos, dos mates, dos notebooks, dos sellos, dos pares de anteojos, sólo tengo un adaptador, un par de pilas que funcionan, una pinza de las cejas que saca bien los pelitos, un peine desenredador y un sólo esmalte de uñas que funciona.


Los pequeños objetos que se van mudando de un lado a otro de mi casa debieran multiplicarse de a montones, simples cositas que de existir en cada rincón harían mi vida más placentera. Sin embargo, cuando estoy en el centro y paso por un negocio que venden todas estas porquerías necesarias, en lugar de entrar, gastar unos pocos pesos y regalarme paz y tranquilidad, paso por la vereda del frente y miro con desprecio estos locales aburridos, con vidrieras aburridas, abarrotadas de cosas necesarias que jamás compro y que diariamente puteo por no tener a mano.


Es así, soy esclava de las mudanzas cotidianas, y llego a odiarme por ello.

sábado, 6 de marzo de 2010

¿Quien... se ha tomado todo el vino!?


Considero qu ees necesario, enriquecedor y divertido tener algún que otro estado de borrachera a la largo de tu vida.


Estados de inconciencia y desatino con lenguaje jamáss entendible y frases poco creíbles y casi siempre vergonzosas, de las cuales nos arrepentimos de forma tardía e irrecuperable.


¡Cuantas cosas hemos llegado a confesar en alguna noche de alcohol!, frágiles cristianos en estado de vulnerabilidad terminaron con relaciones de años, amistades y trabajos!


Pero no todo estado beodo es igual para todos, así como hay borrachines simpáticos que sacan lo mejor de su personalidad cual si fueran superheroes del alcohol , tambien están los pesados desquiciados que esperan ansiosos las borracheras para hacer solamente papelones, sin entrar en los agresivos, los problemáticos con su identidad sexual que terminan besándose entre ellos y los tímidos desenfrenados que pueden llegar a tocarte una teta sin permiso.


Con los años uno aprende a tomar, no sólo en cantidad sino en la bebida en si. No me imagino hoy por hoy entrándole a un tetra o un vodka berreta por el sólo hecho de tomar.


Los años nos regalan la conciencia de poner freno, elegir la bebida, saber con quien será la compañía y fundamentalmente cómo será al otro día de la tan conocida resaca.


Con la llegada de la resaca aparecen nuevamente las ideas y la conexion con el mundo, frases como :


¡no vuelvo a tomar más así!


¡qué me habrán puesto en el trago!


¿le dije que lo amaba?


¿lo habré besado?



Todas frases que lamentablemente quedan en el olvido, y que unos meses mas adelante nuevamente se repiten un domingo a las 2.00 p.m cuando resucitando entre las sábanas y buscamos desesperados por toda la casa el ALIKAL que dejamos para algún momento como ese y que obviamente nunca encontramos.


Yo añoro en secreto ese estado, de dolor de cabeza, sueño constante, vergüenza y acidez.


Cuando se preguntaban ¿quien se había tomado todo el vino?, yo debía levantar la mano sonrojada, pero ahora, levanto el dedo acusador, pongo cara de asco y digo "ellos fueron", me falta decir que la juventud está perdida, que los jóvenes de hoy toman mucho más que los de mi época, y bla ba bla... todas frases que unos las puede decir ya que el alcohol además del desenfreno, también te permite el olvido y hacer como si nada de lo que hiciste hubiera pasado!




Imagen: V. Vitar