Piensa que hoy no la llamó, que ayer no le mandó un msj y hace como una semana que no le comenta nada de nada en su face.
El tarado de siempre desapareció.
Como si fuera un condenado a perpetua y tuviendo la posibilidad de huir en una motoneta hacia el más allá, se vuelve profugo de tu presencia y de él no quedan ni rastros.
¡Mejor! ella exclama por uno días.
No se le ocurre llamarlo ni averiguar si ha muerto asfixiado por gases radiaoactivos. Jamás.
No pregunta a los amigos, igualmente nadie sabría nada, si no sabe ella, que sabe todo de él...
Piensa que ¡qué bueno poder chatear en paz!, sin sus comentarios melosos y aburridos.
Piensa que ¡menos mal que su pareja nunca leyó uno de esos mails todos endulzados, en lo que le decía lo linda que era, lo agradable de su perfume y lo exitante de su presencia!
Piensa que hoy en el bar está más tranquila, él no le robará el culito de la medialuna como hace siempre ni el azúcar "para el cafe de despues en su oficina", quedando ella ruborizada de la verguenza ya que sabe que el mozo sabe de este acto delictivo.
Piensa que está pensando mucho en él.
Y no quiere pensar, pero lo piensa igual, y esos pensamientos se asemejan mucho a extrañarlo.
Piensa que es un idiota, que es feo, muy feo, y que jamás podría ser ni la mitad que su novio.
Piensa que debería llamarlo, al menos una vez. Pero no lo hace.
¡Es tonto, se rie mucho y siempre está evaluando lo que siento... ¿no tenés vida?, un día le contestó gritando.
Piensa que ahora que no está, puede ver que la hizo reir muchas veces, quizás más veces que lo que la hace reir su propia pareja, que le lenvantó la moral cuando la tenía por el piso, porque asi de estúpido como es, supo decir las palabras adecuadas en los momentos críticos, y que por eso lo extraña.
Y de pronto ella se vuelve obsesiva, rastrea sus nuevos contactos del face, le deja mensajes en el chat aunque no este conectado, lo invita al cine y le avisa que estará libre el fin de semana. No escucha cuando le avisan que el tipo está de novio, con una chica y se la imagina fea, llena de granos en el rostros, malcogida y malhumorada. Un desquicio humano.
Y se odia, porque reconoce que ella nunca hubiera estado con él, pero tampoco quisiera que esté con ninguna otra.
¡Quiere que sufra la soledad de por vida,
mientras ella le refriega por la cara su pseudafelicidad con otro!
mientras ella le refriega por la cara su pseudafelicidad con otro!
La más H.
(la más egoista - y sin hache-)