miércoles, 29 de octubre de 2008

Baños Públicos


No se de dónde salió el mito que dice que las mujeres tenemos que ir acompañadas al baño y mucho menos que nos demoramos 1000 años cuando usamos Baños Públicos.


A mi no me pasa.


No puedo soportar estar en un lugar sucio mas de 10 minutos, mucho menos con olores raros a fragancias dudosas como ser, "brisa de bosque" o "glaciares tropicales", porque en lugar de mejorar enrarecen el ambiente.


Mi gremio me odiará por esto, pero hay que decirlo, las mujeres se deshumanizan dentro del baño, incluso aquella mina refinada, que pasa horas en el súper analizando productos nuevos para acumularlos en su casa.

A esa mina que a pesar de ser un Lady en su casa, ensucia un lugar público la denomino, La Pulcra Doméstica. Es la que tira las toallitas fuera del cesto, mea de parada y deja su marca en todo el inodoro. Es la que gasta 10 papelitos para lavarse las manos, chorrea el jabón liquido y se va puteando porque no hay mas papel dentro del toilette.

Estas conductas deshumanizadas femeninas no tienen que ver con el lugar , puede ser el bar mas choto, o en el mejor restaurant, igual te encontrás restos de La Pulcra Doméstica, por lo que el baño, se conviete en un caos.

En mi caso el sólo hecho de encontrarme rodeada de paredes frágiles y cercanas a mi cuerpo mientras tengo los liensos bajados, me asfixia y hace que salga lo antes posible.


Las escrituras en las paredes son otro tema. No me imagino llevando en mi cartera un Liquied Paper para escribir frases pedorras en las puertas, pero a decir verdad, parece que es una prática por demás común.
En mi época de estudiante universitaria, he leido lascosas más insolitas, a saber:

"Me gusta mi primo, ¿que hago?"

"Prof. Pablo H. , gracias por la noche que me diste".

"Esta es mi historia: Fui a la casa de mi novio, pero me di cuenta que me gusta su hermana, ahora no se qué con cual quedarme".

Una frase que leí hace ya un par de años, se lleva todos los galardones, aún la recuerdo, y eso será por alguna razón, decía así:
"Tengo 25 y lo hice con 28"

jueves, 23 de octubre de 2008

Estilo ANTIAMONTONADO


Hay personas que antes de que el suceso ocurra dicen presente!. Llegan antes que el muerto al velatorio, saben del nacimiento del hijo de una amiga antes que el propio padre y caen de visita cuando a la parturienta le están cerrando los puntos de la cesárea.

Estas personas siguen el Estilo Anticipado.

Yo elijo el estilo Antiamontonado para mi viva, me pone feliz recibir y hacer cosas con efecto tardío.

Paso a mostrar las seis cosas Antiamontonadas que más disfruto:

1. Mails Antiamontonados
Es increíble la cantidad de mails que uno recibe para las fechas especiales, al final uno o termina leyéndolos a todos de corrido o los elimina sin abrirlos siquiera, ya sabiendo que se trata de un saludo generalizado. Generan tiempo desperdiciado, molestan.
Recibir o enviar un Mail Antiamontonado, por ejemplo una semana después del evento, me pone las pilas. Si el 30 de Julio, recibo un mails de un amigo que hace mucho no ves "feliz día del amigo", seguro contesto algo, pero si lo recibibo el 20 de julio, directamente lo elimino.

2. Regalo Antiamontonado
Si uno organiza una fiesta, el día del evento uno recibe una catarata de regalos, al final ninguno se diferencia del otro o peor, aparecen las comparaciones.
Considero que si un día cualquiera uno recibe un regalo Antiamontonado, el efecto sorpresa hace que cualquiera sea el objeto recibido sea valorado el doble.

3. Visitas Antiamontonadas
Cuando sucede algún aconteciendo especial, lo primero que hace el resto de los mortales es caer tu casa en los horarios socialmente aceptados. Al final en el término de 2 horas tu casa se convierte en un club social, la gente se pone al día en el living de tu casa y vos lo único que haces es estresarte.
Cuando se van todos, la soledad aparece y la necesidad de compañía se hace latente. Recibir en ese momento la visita Antiamontonada, inyecta alegría.

4. Consejo Antiamontonado
Hay circunstancias que generan una ola de consejos de nuestros seres queridos y de alguna perra amiga dando vueltas. Los opinólogos brotan y al finan tanto “lo que deberías hacer” termina mareando.
Valoro mucho el llamado oportuno y reflexivo de la persona que te pregunta por tus cosas y recién luego te dice su opinión.

5. Puteada Antiamontonada
Cometemos errores, pero cuando hay 20 personas criticándote al mismo tiempo, te olvidas de lo que hiciste y solo pensas en cómo matarl a cada cual que te putea.
La puteada Antiamontonada llega cuando tus defensas están bajas y ahí reflexionas sobre tus actos.

6. Película Antiamontonada
Disfruto ver los estrenos cuando dejaron de serlos. Así me ahorro de los comentarios de sobremesa ¿Viste Un novio para mi mujer?, No. Fin del tema. Después sigilosamente y en soledad veo las películas y sin clavarme, por la excesiva publicidad.

Reconozco que el estilo Antiamontonado no es para cualqueira, pero como toodo en la vida, lo que es bueno para unos, no lo es para otros.



PIE de Página:
Este post se lo dedico a BLONDA
http://cronicasdeunasolteriaanunciada.blogspot.com/ que me puso en el aprieto de pensar 6 cosas que me hacen feliz.
Dejo a la misma tarea a estas personas, que a pesar de no conocerlas me intrigan. Debo linkearlas a las que no están en mi Vintage Blog, cosa que ya hice, uds. deben hacer lo mismo.

http://www.titanesenlaweb.blogspot.com/ FRANKY
http://fruticienta.blogspot.com/ FRUTI
http://todoparalavida.blogspot.com/ MARIELA
http://federicojavier.blogspot.com/ JESI

Dedicado a mi amigo D. que es un defensor del estilo antiamontonado.



Imagen: V. Vitar

lunes, 20 de octubre de 2008

Seres Invisibles





Con gran dificultad he notado un fenómeno sobrenatural, existen entre nosotros personas invisibles, ellos están, pero no se ven.

Los Seres Invisibles pueden ir a distintos lugares, y no ser percibidos por nadie. Deben hacer un esfuerzo sobrehumano si quieren interactuar con otros seres No Invisibles.

Cuando se sientan en un bar deben esperar pacientemente hasta que los atiendan. No es que el pobre mozo se haga el boludo, simplemente no los ve. Requieren levantar la voz para que perciba que esa mesa por donde paso 25 veces estaba ocupada por un Ser Invisible. Cuando consumió lo que pidió, tiene que realizar otra hazaña para que nuevamente el mozo le cobre.

Cuando necesitan un taxi, se le pasan 10 antes que algún tachero hiper-atento note su brazo extendido, acalambrado de tanta espera.

Si van a una conferencia de apenas 15 o 20 personas su asistencia no es considerada por nadie, el Ser Invisible en el Break se acerca y saluda a un conocido, pero el conocido no puede creer estuvo con alguien que no vio ni una sola vez en todo el encuentro.

Los seres invisibles viven la vida en un lado B, participan de lo social pero desde un lugar relegado. Conocen de su invisibilidad y sufren el hecho de no ser considerados por el resto de los mortales. Saben que si se viene un aumento en el trabajo lo más probable es que no les toque a ellos, no porque su trabajo no sea bueno, simplemente porque no serán recordados.

A pesar de no ser ni feos ni lindos ni gordos ni flacos, ni nada suelen tener rostros difíciles de memorizar, de describir. Se podrían hacer miles de identikit con sus caras, cada cual dirá algo diferente. Nadie los recuerda.

Llega un tiempo en que ya no tratan de llamar la atención porque saben que su destino es ese, pasar por la vida como fantasmas, extraterrestres.


Sufren el estigma de no ser estigmatizados nunca por nadie.

Hace poco estuve tomando un café con un Ser Invisible, habían pasado un tiempo y no nos atendían:

Ser Invisible: Llamálo vos al mozo

Yo: Ok. Pero vos estas de frente, te ve más.

Ser Invisible: No, a mi no me ve, ni me verá.

Yo: ¿Estás pintada?

Ser Invisible: Ojalá.

Yo: Ah!, sos invisible. No te ven ni pintada.


Ser Invisible: Si, pero cambiemos de tema, al menos vos me estas viendo.

Yo: ¿Viendo? ¡Sólo escucho tu voz, y ya estoy dudando de mi locura!



Imágen: V. Vitar.

jueves, 16 de octubre de 2008

Miss Simpatía



Luego de 3 años trabajando en cualquier lugar, uno comienza a sentir que ni el sueldo es gratificante, lo que antes era divertido, ahora empieza a molestar, lo que antes te entretenía ahora te aburre.

De a poco, empiezan las llegadas tardes, las enfermedades, las equivocaciones, los silencios en las reuniones y el malestar expresado con algún compañero ocasional al lado del dispense mientras se bate el café.


Se hace un clásico hablar mal de tu jefe, reirse de las mismas cosas y fantasear con que llegará el llamado telefónico que haga que tu presencia en la empresa sea modificada, para mejor obvio.


Si en este punto de malestar rutinario, tu jefe, te presenta como a tu nueva compañera de trabajo a Miss Simpatía tenés ganas de matarte en ese instante.


Miss Simpatía es una persona que no comprendió que la sonrisa esta hecha para expresar una emoción en el rostro, por lo cual uno debe ser conciente del momento de utilizar este gesto, no pudiendo hacer abuso del mismo.


Esta chica me genera desconfianza, como todo aquel que se sonríe todo el tiempo, siento que esconde algo. A los risueños permanentes me los imagino como seres golpeados en sus casas, preocupados por la llegada de fin de mes, ocultando alguna enfermedad terminal, u otra desventura.


No exagero, la gente excesivamente feliz oculta algo.


Tengo que trabajar con ella, derivar pacientes y resolver conflictos todo el día. Cuando suena mi interno y escucho su vocesita feliz, me sulfuro. Con la misma voz de Feliz cumpleaños! te dice que está en desacuerdo con tu informe, que por favor reveas un caso o que no entendió tu evaluación.

Ha generado un efecto raro en la institución, hay algunos que han intentado imitar su rostro y sonríen a cada instante, personajes poco profesionales de la simpatía, por lo cual se ven desfigurados, acartonados en su rol que no pueden sostener mucho tiempo.


Otros han optado por ignorarla, hacer "como si" no estuviera, hacen oídos sordos a sus comentarios positivos, tratan de evitar la situación de compartir un café con ella, evitan tener que elaborar un trabajo en conjunto, tiene miedo que su simpatía sea contagiosa y deban abandonar la sensación de estar malhumorados en el lugar de trabajo.


Por último estamos los decididos a sostener el malhumor laboral como bandera, a su cara de "smille" le retrucamos la peor cara de perro que tenemos, ante lo cual Miss Simpatía no sabe qué hacer: Intenta ser más simpática todavía, nos hace comentarios agradables con el propósito de extraernos de nuestros rostros un gesto agradable, jamás logrado.


La gente con cara de perro no ocultamos nada, si nos reimos es porque el chiste o el comentario es bueno, hacemos uso regulado de la sonrisa, con lo cual la mueca efectuada es valorada e interpretada francamente por el interlocutor.


Mi intensión no es cambiar su sonrisa, simplemente quiero disfrutar de mi malhumor laboral sin tener que afrontar su exceso de felicidad constantemente. Quiero batir mi café tranquila sabiendo que puedo putear en paz al lado del dispense.


¿Seré que me volvi Miss Malhumor?


Imágen: V. Vitar

viernes, 10 de octubre de 2008

La Habladora


Hay que reconocerlo, a las mujeres nos gusta hablar mucho mas que a los hombres.


Tenemos más temas de conversación, podemos saltar de un tema a otro e incluso hablar simultaneamente del conflicto del campo, de los precios del alquiler, de la fiesta del sábado y de cómo hiciste para conseguir un mejor laburo.


En definitiva, tenemos la habilidad decir todo en una misma charla.


Podemos tomar un café y quedarnos dos horas sin notar cómo se paso el tiempo, ir a la casa de una amiga para tomar unos mates y terminar preparando la cena.


Los hombres en cambio, se juntan a tomar café con amigos y los ves a todos reunidos, mirando lo que pasa alrededor, dicen frases cortas o monosilábicas que nunca llevan a otro tema . Si de pronto están todos enardecidos, seguramente, están hablando de fútbol o se están gastando con alguna boludez.

En definitiva, los hombres son más básicos.

Pero a pesar de la destreza para hablar que poseemos, y de la cual no reniego, a pesar de que somos las primeras en decir "tenemos que hablar" frente a las situaciones de pareja, a pesar de que somos especialistas en descifrar los códigos rudimentarios de los hombres por horas y horas, existen seres que desafían lo humanamente posible y doblegan la capacidad femenina del diálogo, ellas son Las Habladoras.


Las Habladoras son seres que te taladran el cerebro con cada conversación, te atormentan con datos, expresiones, anécdotas, o pensamientos los cuales se suceden uno al lado del otro. No conocen de la repregunta, de los puntos ni de las comas, las palabras se suceden unas al lado de las otras sin dejar que ocasional interlocutor sufriente pueda expresarse.

Uno espera que La Habladora vaya al baño o termine el café para entre pausas poder opinar sobre algún tema en una reunion. Lo que nos dice lo repite metonímicamente y sólo podemos pensar por dentro ¿cuando se callará?
Párrafo aparte si La Habladora se deprime, su necesidad de hablar se aumenta proporcional al drama, llama a todas sus amigas contádoles a cada una la misma historia, no escatima detalles, ni siquiera se hace problemas por la cuenta del teléfono, por nada. Sus llamadas se producen como una necesidad de urgencia, no porque busque diferentes opiniones, simplemente gusta de contarlas.

No son minas malas, lamentablemente, se acuerdan de tu cumpleaños, te llaman si estás enferma, te hacen regalos si nació tu hijo, en definitiva, se hacen presente en tu vida y es pos todas estas razonas que uno no las puede evitar siempre.

Es recomendable no pasar mas de dos horas seguidas con una Habladora, sus palabras pasados este tiempo se transforman del Bla Bla Bla al Bang Bang Bang, es que cada palabra parece una metralleta en tu cabeza que no se reestablece ni con un Migral.

Si por casualidad encuentro una Habladora en mi vida, antes de crear el vinculo insoportable de compromisos difíciles de evitar, por todos los medios trato de caerle lo peor posible, no es que me cueste el papel de mina desagradable, pero lo exagero un poquito, es como el dicho:


¡Mas vale solo y feliz, que acompañado pero excesivamente hablado!



Imagen : V. Vitar




lunes, 6 de octubre de 2008

ME GUSTA SER MUJER




¿Que hace una mujer un sábado a la tarde mientras su pareja juega al fútbol, se dedica a algún hobby o simplemente decide dormir una eterna siesta?

Sufre.

Con cada evento social se produce una movilización estresante pero necesaria.

El dia viernes ya te diste cuenta que los pelos de tu pierna han asomado hace casi una semana atrás, por lo general uno trata de hacerse la boluda usando pantalones, pero la realidad del vestido que te vas a poner, hace que pidas turno para depilarte al otro día.

Asi arranca tu sábado, turno para la depilación a las 10.

Considero que con la depilación pasa algo mágico, aunque te pongas en manos de profesionales, es inevitable que llegues a tu casa para buscar más pelos. Desaforada, buscas la pincita que sabes que mejor los saca. No te importa si el ritual deja marcas, pequeños folículos, cicatrices, sangrado, el placer de quitarse el vello del cuerpo supera a cualquier sufrimiento, convirtiéndonos en expertas del masoquismo.

Una vez terminado el ritual pelos, se inicia otro con tus uñas. Han crecido en dirección opuesta unas de otras, cada cual siguió su camino por lo que requieren si o si, manicura e incluso pedicuria. De nada vale tratar de pintarlas uno mismo, al terminar el proceso, lo mas seguro es que pidas turno con un médico, suponiendo el inicio de una enfermedad tipo parkinson por la desprolijidad que te mandaste.

Ni hablar de las compritas a último momento, un par de medias (siempre las que tenes estan rotas), algún corpiño que produzca el milagro de harcerte parecer proporcionada con el culo que portas, o zapatos, por que nunca, pero nunca, los que tenes combinan con lo que te vas a poner.

Ya iniciando la tarde, en lugar de relajarte y esperar el evento, se produce el sumum del estrés: Peluquería.

Por mas que tengas un pelo barbaro y en toda la semana te las arregles con un secado ligero o una planchita rápida, el día del evento, si o si , tu melena amanece indomable, como sabiendo que es su oportunidad de estar en manos de expertos.

Las peluquerías son ese mal necesario por el cual tenemos que atravesar en nuestras vidas. Cada vez que vamos nos arroja la ilusión de que las horas muertas que le dedicamos a lectura obligada de absolutamente todas las revistas de chimentos y moda, los cafés azucarados y las conversaciones innecesarias que sufrimos con otras victimas en la espera, nos devolverá una cabellera hermosa y brillosa.

No es así.

Por lo general durante la espera vemos en una revista algún peinado nuevo, y al llegar nuestro turno, nos jugamos con lo diferente. Tanto, que llegamos a nuestros hogares tratando por todos los medios de volver al clásico peinado cotidiano.

Como si esto no tendría su fin, todavía falta el maquillaje, vestirnos y colocarnos la bijou.

Nos quedan solo 15 minutos para llegar al evento.

En la recta final, comienza la puteada porque el vestido tiene una “fallita” que no la percibiste cuando te lo probaste, y el delineador de ojos, se acabó justo cuando estabas por pintarte el otro ojo.

Cuando, ya estas crispada del todo, notas que tu pareja se levanta del sillón, se coloca tranquilamente el saco, se anuda la corbata, juega con el perro, prende un cigarrillo y te dice:

¿Te falta mucho ?

miércoles, 1 de octubre de 2008

HIPOCONDRÍA



Es así de fácil, sin ánimos de ponerme en contra con mi gremio, las mujeres hipocondríacas generan reacciones diametralmente opuestas a las que generan los hombres, a pesar de que ambos se enferman sistemáticamente y en los momentos menos propicios.

Todos tenemos en nuestra colección de amistades, alguna hipocondríaca, a la cual con frecuencia tenés ganas de matarla, alejarla o simplemente ignorarla.

Lamentablemente, solemos caer en sus garras y organizamos eventos con su presencia, a pesar de haber experimentado en varias oportunidades su ausencia.

La hipocondríaca te llama 5 minutos antes de que comience la película en el cine y te dice que le agarro un dolor de panza tremendo por que no podrá ir. Vos que tenés ganas de matarla optas por ver la película sola, al salir te tomas un taxi y volvés a tu casa con el sabor a esa la cerveza que no pudiste tomar, ya que una mina tomando una cerveza sola en un bar, simplemente NO DA!.

La Hipocondríaca nunca va a tu cumpleaños, antes de salir para tu casa, refiere síntomas gástricos, dolor de cabeza, muela, indisposición repentina, u otro mal. Pasados los años te das cuenta y chequeando las fotos en tu PC, que no fue a ningún evento importante en tu vida y vos terminaste yendo a sus cumpleaños, recibidas e incluso divorcio.

No es que no va a la ninguna fiesta. Va, pero solo se queda un rato, lo suficiente como para generar una especie de mala onda en el ambiente, ya que comienza contando el inicio de su malestar justo cuando empezas a tomarte un vinito!.

La Hipocondriaca asocia sus momentos de la vida con sus propios malestares. Te dice por ejemplo:

“Cuando tenia angina, cumplió años Maria”

“El día de mi extracción de muela de juicio, conocí a Juan”

“La primera vez que me depile, tenia fiebre”

“Cuando se separaron mis viejos, me operaron de los nódulos".

Pero no contenta con eso, además posee la memoria privilegiada de acordarse también de las desgracias ajenas. Se conoce el nombre de casi todas la enfermedades, porque o las tuvo ella, o las padeció algún familiar, amigo o simplemente un conocido. Por esa razón sabe los medicamentos de todo y opinas más que un médico de cualquier enfermedad.

Los Hipocondríacos, si bien son menos que las mujeres, y causan los mismos malestares, producen otro efecto, en lugar de matarlos, solemos tratar de convertirnos en enfermeras y de curar el mal.

Por esta única razón odio mucho mas a los Hipocondríacos que a las Hipocondríacas, cada vez que veo que una mujer se va de la fiesta “porque a su novio le agarro una indigestión” me enervo.
Sé, positivamente que si fuese a revés el chico la deja plantada toda la noche a su novia enferma mientras baila él despreocupadamente.
O no?


Imagen: V. Vitar