domingo, 27 de septiembre de 2009

MOCHILEROS


Si tan solo diéramos vueltas a nuestro supuesto príncipe azul, rápidamente podríamos detectar si lleva consigo además de su hermosa carita de ángel, de su sonrisa simpática y sus ojos claros, un enorme bulto que lo acompaña, llámese: Una mochila.

Pero como la vida no es justa, y nos aclara el panorama en el momento justo en que caemos rendidas al amor, la mochila la percibimos tardíamente.

Vienen como la tortuga Manuelita cargando pesados bultos que suponen que uno debe aceptar por el sólo hecho que entraron a nuestras vidas.

No lo tolero.

No sólo uno debe bancarse el ronquido nocturno, el aliento matutino, el desorden cotidiano o la tendencia a ponerle picante a cualquier tipo de comidas, además de todo, vienen con con este paquete “extra”.

El Mochilero por lo general puede traer en su mochila:

·Una hija caprichosa y malhumrada que compite con la novia del padre de igual a igual y por lo general gana, fruto de un matrimonio anterior, sobre todo cuando nos dedicamos a buscar príncipes azules después de los 30.




·Un hijo adolescente fruto de alguna relación furtiva juvenil, que trata de sacar guita a toda costa y a como de lugar.




·Una ex desquiciada que llora por teléfono y amenaza toda serie de improperios cada vez que el Mochilero le frena el carro.




·Un hermano vago y vagabundo que se aparece de vez en cuando con necesidades básicas insatisfechas que supone que el Mochilero debe cumplir.




·Una madre depresiva, absorbente y omnipresente que llama incontablemente al Mochilero para hacer cualquier tipo de comentarios y críticas a la pareja.




·Una hermana recientemente divorciada que supone que el Mochilero pasará a cumplir todas las obligaciones que su ex.marido no cumple con ella lo cual incluye, casa, comida y salidas.




·Un grupo de amigos impresentables desde la primaria, que jamás se dio cuenta que cumplir años no es solo soplar velitas sino por sobre todas madurar y asumir responsabilidades, por lo cual una salida durante la semana no puede extenderse hasta la salida del sol.




·Un trabajo exigente y consumidor que hace que el celular del Mochilero suene reiteradas veces, en los momentos menos oportunos y que hace que organizar una cena o un almuerzo sea prácticamente un imposible.

Lo bueno de detectar las mochilas ajenas es que olvidarnos de las que nos acompañan a nosotras durante mucho tiempo, porque como siempre en la vida, el problema del otro es mas entretenido y criticable que el propio, por eso cuando nuestra pareja hace algún reclamo de nuestros pesares, con cara de “yo no fui”, decimos:




¿Qué mochila?






Imagen_ S. pereira.
S/dedicatoria... al que le guste el calzado, que se lo ponga.

domingo, 20 de septiembre de 2009

La Intrusa


No hay nada más persecutorio que la llegada de un integrante nuevo a un grupo, “El intruso”, pasa a ser observado, analizado y criticado por el resto.

Jamás llega a caer bien de entrada, y si lo hace, al menos uno de los integrantes, ansioso, lo sigue analizando en silencio como esperando el momento de descubrir al farsante y demostrarle al resto del grupo que El Intruso, ha pecado, ha cometido algún error importante, ha sido infiel, ha abandonado a su familia o incluso ha cometido algún crimen.

Ya sea que seas la nueva novia del grupo de amigos, la nueva compañera de trabajo, la nueva alumna del Master o la nueva amiga de tu amiga, en todos, absolutamente todos los casos, el resto las personas le hará , por un tiempo más o menos corto, más o menos soportable, más o menos doloroso, la vida imposible, siendo considerada un organismo extraño, ante el cual se activan toda clase de defensas tendientes a extirpar el agente maligno y curar al organismo del grupo.

Los intrusos saben que es el piso a pagar, porque ya lo vivimos a los 6 años el primer día de clases, por ser el único que no venía del mismo jardín, o recientemente en la primer salida con tu novio y su familia. Son las reglas de juego y las entendemos porque todos fuimos Intrusos y todos fuimos alguna vez el perseguido que se sintió amenazado ante la presencia extraña de lo desconocido. Por mi parte sigo pensando que lo peor que puede hacer un intruso es agradar, tarea imposible y que generalmente despierta más ansiedades y por lógica, más rechazo.

Estas últimas semanas me sentí La Intrusa en el gimnasio, fui mirada con desprecio por el resto de las mujeres que usan calzas y remeritas haciendo juego, por las gorditas que vienen traspirando desde hace meses sin poder bajar medio gramo, por las viejas que sólo van al gym para acordar el te-burako del sábado y por los hombres que a cada instante se miran de reojo en el espejo afirmando y recordando que este musculito en el brazo es producto del esfuerzo.

Puedo entender el odio del grupito GYM ante La Intrusa, que pretende en dos meses recuperar dos años y un hijo de alejamiento a la actividad física, pero lo que no tolero, lo que no voy a soportar es que el propio profesor me considere una amenaza nuclear.

El tipo desprecia a las alumnas nuevas, las que circulamos como satélites en diversas clases, las que nos da lo mismo que sea él, o cualquier otro profe, porque simplemente no nos importa hacer amigos ni conocidos en el gimnasio, porque sabe que si sigue subiendo la cuota nos iremos al gimnasio del frente y porque fundamentalmente sabe que sabemos el secreto mejor guardado por ellos:

¡Lo que natura no da, Salamanca no presta!

dedicado a CAPITANA; la otra intrusa.

Imagen: V. Vitar "enredada" (tinta)

lunes, 14 de septiembre de 2009

Al maestro con cariño


Reconozcámoslo, no seríamos nada sin los maestros que hemos tenido y tenemos en nuestras vidas. Algunos tan importantes que los recordamos a cada instante y otros tan negativos y temerarios que tratamos de olvidarlos con inútiles esfuerzos.

A lo largo de mi vida he sufrido y disfrutado de muchos maestros, lamentablemente, no todas la señoritas son como el personaje de Gasalla, llenos de maquillaje e histrionismo, también existen las seño introvertidas y opacas que a pesar de los años de experiencia siguen sufriendo y maldiciendo al frente de un aula.

Estoy convencida que los mejores maestros son aquellos que nos enseñan cosas de forma espontánea y sin proponérselo, muchos son maestros sin titulo, licenciados de la vida, graduados de la universidad de la calle.

Una enseñanza que recuerdo de un docente ocasional la tuve de una propia compañera en mi escolaridad.

Un tiempo antes de terminar la secundaria, sabiendo ya mi inclinación vocacional y luego de sacar un lamentable 7 (siete) en psicología, me acerque a la mejor alumna de mi división, la que llevaba la bandera desde siempre y la que participaba de los pocos pero importantes actos que realizaba mi escuela y le pregunté:

TucuMala: Decime, ¿cómo haces para sacarte 10 en todo?
Abanderada: Estudio todo.

Me sorprendió la sencillez de la respuesta, pero hay veces que lo obvio no siempre es lo visible, y por eso me pareció genial la enseñanza.

Era simple, mientras yo presumía los fines de semana, me peleaba con el novio de turno, cambiaba de amigas, salía al centro a ver qué me ponía para ir a bailar el sábado y revisaba 100 veces la línea del teléfono (época arcaica precelular) esperando la llamada ansiada, estudiaba. La abanderada, en cambio, simplemente estudiaba.

Pasaron los años, ella siguió medicina y yo psicología, cuando sabía que necesitaba una buena nota, recordaba el consejo del maestro y me decía “estudia todo”, y así mágicamente me daba la seguridad necesaria como para rendir cualquier materia.

La verdad es que nunca pude estudiar todo, mis 10 son producto de un plus mezcla de estudio, buena suerte, carisma, palabrerío y seducción.

Lo que queda claro es que si bien una enseñanza puede ser buena, buenísima, el alumno luego hace de ella lo que quiere porque entre el emisor y el receptor hay un abismo de distancia.

La misma persona me sorprendió días después con otra enseñanza igualmente básica y no por ello menos genial. Fue tan obvio y real lo que me dijo que hasta el día de hoy lo aplico con mis pacientes, la enseñanza fue más o menos esta:

TucuMala: Te tengo que contar algo. La verdad que ni idea cómo empezar…
Abanderada: Empezá por el principio!!!.




Dedicado a la memoria de mi directora de tesis, quien me dijo “una idea, es un instante”.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Chiche nuevo



Nunca soporté los días previos a Navidad o Reyes, me parecía injusto tener que esperar hasta llegar a EL día y LA hora determinada para alcanzar los objetos preciados.



Ya sabíamos que los regalos se guardaban ahí, justo arriba de las camisas en el placard de mi vieja, veíamos los paquetes coloridos y por el tamaño de cada uno debatíamos con las partes interesadas (mis hermanos) a quién le tocaría qué cosa. Cada día que pasaba era vivido con mucha impaciencia, restando cual si fueramos convictos el día del cumplimiento de la condena.



Si uno piensa que con los años este tipo de cosas las puede controlar un poco más y un poco mejor, se equivoca.



Por estos días estuve en la búsqueda de un autoregalo, entré a internet para averiguar cuál sería la mejor opción, hablé con especialistas en el tema, incluso he llegado a invitar cafés los últimos meses a personas que hacía años no frecuentaba, haciendo exactamente lo mismo que detesto que me hagan, una consulta psicológica mientras descanso de mi trabajo. Una vez que pude definir la marca, el modelo y las características esenciales pasé a lo estético. Decidí que no la quería negra, ni blanca, ni rosa, demasiado común, demasiado sucia y demasiado femenina.



Acudí a mis contactos, todos tenemos nuestros pequeños dealers cotidianos, y para conseguir mi autoregalo debía mandarle las indicaciones exactas al mío con el fin de que no se equivoque y que su vida no corra riesgo si trajera algo inapropiado.



Todos esos días de elección, selección y contacto con el producto pasaron volando, evidentemente estar en acción despeja la cabeza, libera.



Luego, llegó el momento de espera, fatal situación que sólo unos pocos están capacitados para tolerar.



Yo no.



La frase “el que espera desespera” es tan real como el 3 a 1 de Brasil del sábado. Por ejemplo, he llegado a pasar todo un fin de semana en medio de la miseria y la hambruna, sin poder pedir un delivery por no hacer la cola en el cajero el día viernes a la salida del trabajo.



Finalmente ayer en el avión de las 20 horas llegó mi dealer. Un beso rapidito, un cómo estuvo el vuelo, y la pregunta que realmente importaba:



TucuMala: ¿Me trajiste lo que te pedi?
Dealer: Obvio.
TucuMala: ¿Lo tenés a mano?
Dealer: Acá en mi bolso de mano, la use durante los vuelos.



Y mientras sacaba lentamente de su bolso mi autoregalo, me sentí como a mis 7 años, con una sonrisa de oreja a oreja frente al arbolito de Navidad, olvidando en ese preciso momento los días de angustia y ansiedad previos.



Tengo Chiche Nuevo!!!


(leru leru)


Imagen: V. Vitar
Dedicado a Ana y su poroto.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Los Monotemas



No hay excusas, no hay justificación posible ni perdón, frente a una persona que se pasa la vida hablando exclusivamente de ciertos temas de forma repetida y monótona.

Todos tenemos alguna pasión en la vida, algún hobby o una profesión que nos gusta pero de ahí a pasar cualquier tipo de conversación, opinión, vivencia u ocurrencia en función de un único tema existe un abismo de distancia.

He intentado llevar a estas personas a otros temas, incluso he llegado a utilizar los tan odiadoss temas trillados como para abrir el juego, y descentrarlos, pero no, si estás frente a un MONOTEMATICO; cualquier tema será conducido al área que mejor dominan y que por supuesto más aburren.

No hay forma de escapar a sus comentarios recurrentes y tediosos, vayas por donde vayas te hacen participe de su monotema, quieren demostrar al mundo de sus conocimientos sobre la materia y no soportan quedarse sin interlocutor, aunque les pidas explicitamente que se callen el monotemático lejos de ofenderse, te incita a que lo sigas escuchando.




Sujeto común: “Parece que se viene la lluvia….”





Monotemàtico Fútbol
Si, se viene la lluvia, esto afecta mucho a los jugadores, se resbalan, no se motivan por miedo a lesiones. Deberían poner techos a las canchas! . Lo que pasa es que lo dirigentes la quieren toda para ellos, en lugar de solucionar lo problemas serios, nada, se la pasan gastando plata en boludecez…



Monotemático Medico
La lluvia afecta mucho a las articulaciones, los ancianos sufren las consecuencias de los cambios climáticos, yo tenía un paciente que se medicaba para el reuma, el Reumatologo no se había dado cuenta que lo único que tenia este hombre era que vivía en un clima húmedo, así que le indique cambio de domicilio y santo remedio! Es asi, no siempre los médicos recetamos bien, pasa que no todos saben cosas mas allás de la medicina tradicional, hay que capacitarse, yo siempre se los digo a mis colegas....

Monotema Madre
Yo cuando el clima está así, directamente le digo a los chicos que no salgan, te parecerà exagerado pero no, después una carga con las enfermedades de ellos. Yo le dije a Facundito, que se quede viendo tele, pero no, no me hizo caso y salió nomas, y ya lo ves, en cama 2 días seguidos por la lluvia…
Monotema Solterona
Viste? Es un bajón cuando llueve! Salís a bailar y no ves a nadie, los tipos se bajones mal con la lluvia, muy pocas veces me levanté un tipo un día así. Me enferman las novelas y los besos en la lluvia, ¡no existen¡ te juro, mirá que conozco del tema, y te aseguro, ningún tipo te quiere dar un beso en la lluvia. ..





Es así, digas lo que digas el Monotemático te castiga con su sarta de explicaciones y teorías siempre referidas a un único tema que conocen, la única forma de divertirse con ellos es ponerles al frente otro tipo más Monotematico todavía, de esta manera la conversación pasa de un simple monologo a una escena de niños, donde cada uno habla "como si" hablase con el otro, pero sin escucharse y superponiendose constantemente en los discursos


Hace poco viví esta escena, hubiera querido filmarla!

Monotematico autos: El gobierno lo único que consigue con esto es que cada vez haya mas gente en las calles pidiendo, después te los tenès que bancar en los semáforos rayando los vidrios en lugar de limpiarlos.




Monotematico oficinista: Tal cual, yo le dije a mi jefe que contrate a un pibito de la calle para llevar expedientes pero no quiso, ya tuvo malas experiencias.




Monotematico autos: Obvio, yo le pedí a uno que me ayude a cambiar la rueda y me sacò cagando.




Monotematico oficinista: Si te ponés a ver, uno tarda mucho en hacer lo expedientes, yo la otra vez me demore 6 horas en terminar con uno....




Monotematico autos: Yo cambio una rueda en 10 mimutos, bah, capaz en 15.




Sujeto comùn: De que hablan?




Monetamaticos oficinista y auto: nada, autos=trabajo!!!