Evidencias:
Si dejaste de consumir aceite de maiz y te pasaste al de oliva.
Si dejaste la clásica lechuga repollada para preferir colchón de "hojas verdes".
Si dejaste de compar frutillas para pedir, "frutos del bosque".
Si los brotes de soja, alfalfa o remolacha se meten en tu ensaladera al menos tres eveces por semana.
Si abandonaste el café de la mañana para consumir te verde en hebras.
La conclusión es que evidentemente, estás aburguesado.
El aburguesamiento se nota en la heladera y en la alacena.
Anidar productos novedosos, enriquecidos o modificados, con extra calcio, extra hierro o extra fibras es una evidencia suficiente del cambio.
Se nota además en el del baño, cuando los jabones empiezan a despedir fragancias exóticas y coloridas de diversas formas y texturas.
Dificilmente un aburguesado vuelva a la simpleza cotidiana , del porrón y las pizzas, salvo por una de rúcula y queso de cabra. Mucho menos aún, cuando en la heladera el imán de delivery de sushi cobra protagonismo.
El aburguesamiento es proceso lento pero seguro, a los 20 empezas a preferir pan negro en lugar de lactal blanco, a los 25 sólo te clavás una Big Mc sólo cuando estas de vacaciones, y a los 30 te encontrás discutiendo con el carnicero porque no te trajo cordero patagónico para la cena que estás organizando!
He llegado a encontrarme en el medio de una sesión de pedicuria y esmaltado a la francesa, con mujeres que antes me las cruzaba en un camping de Tilcara en las vacaciones o que en otra época, lejana, se sentaban en un bar de lata para comer una milanga!
¿Y cuanto de aburguesada estoy?, aún no lo se. Pero si comienzo a decir colorado en lugar de rojo, por favor, están autorizados a asesinarme, o al menos a tirarme de las crenchas por exceso de boludez.
Imagen: V. Vitar
///CRENCHAS = Pelos///
Nooo!!! el café no
ResponderEliminarlo cambio por nada! todavia me queda algo de ordinaria jajajaja