
Desde joven he envidiado con vehemencia la capacidad de los seres humanos de dormir como troncos en cualquier lugar, momento o situación-
He llegado a tomar un bus hacia los valles, 2 horas de travesía en un asiento destartalado y mal-oriento y tener que ademas de todo, lidiar con un oso que hibernaba en el asiento contiguo mientras roncaba, haciendo el viaje aun más insoportables.
Jamás pude entender cómo alguien podía llegar a dormir 4 horas seguidas "tomando sol" de frente a los rayos poderosos de una playa, sin más resguargo que unas gafas y un par de manos de "rayito de sol", excusándose en las noches agitadas y trasnochadas sucedidas.
Así es, mientras existen seres que reclinan un asiento de un auto y se duermen una siestita en el estacionamiento de laburo en el horario de la comida, otros nos contentamos con batir el café y admirarlos.
Yo adoro dormir, si pudiera dormiría 12 horas diarias, un placer sólo equiparado a unos pocos, que mejor que ni los detalle a riesgo de desvirtuar el post.
La llegada de mi hijo trajo la espantosa necesidad de dormir menos y de no poder regular y decidir a que hora dormir. Llantos a la medianoche, cólicos, innominios, siestas inoportunas, falta de rigurosidad en los horarios, hicieron que trajera a este mundo una criatura adorable pero con cero conducta para el sueño.
Pasé etapas serias de insomnio acumulado, y ante mi quejas, me decían "vos dormí cuando duerma la criatra", ¿cómo? jamás podrán pensar que un ser humano puede desenchufarse del mundo a las 19 horas sólo porque a su hijo se le ocurrió descansar a esa hora!!
El tiempo pasó y los problemas con el sueño se fueron acabando, poco a poco volvía a ser una persona lúcida que podía participar en conversaciones, seguir el discurso de un paciente y reflexionar sobre hechos-
Lo único que no se alteró, ni siquiera en la época que lloraba del cansancio por no poder dormir es la fastidiosa necesidad e tener luces apagadas, silencio y comodidad en la ropa para dormir.
Por eso envidio a los que se tiran en un sillón, con los zapatos puestos, la corbata a medio hacer y los dientes sin lavar frente a un TV con volumen y con la luz del balcón chocando en la sien y se relajan de tal forma que logran su descanso.
IMPOSIBLE!!!.
Pero como el mundo es injusto, y la vida gira en momentos inoportunosdebo confesar que:
Yo, la TucuMala, en el segundo tiempo del partido de Argentina - México, simplemente, me dormí!
Shhh no se lo cuenten a nadie!
Imagen V.VITAR-
gracias Nico por el premio.