
Bajo el embrujo de la depresión uno puede llegar a pensar que cualquier persona tiene más suerte, belleza y riquezas que uno mismo, al caminar por la calle y ver una pareja mirarse a los ojos definitivamente uno puede tener la insoportable idea de llorar o desear ese mismo tipo al lado mismo.
Sólo he logrado recuperar algo de mi ser con simples Minimaleadas.
Las Minimaleadas son esas pequeñeces cotidianas que de tan míseros, insignificantes y recurrentes, parecen que no existen y peor aun que no son importantes.
En mi caso, las Minimaleadas que ayudaron al reestablecimiento de la reconstrucción de un ser humano y como consecuencias, la recreación de un monstruo fueron:
- Tener una heladera provista de víveres y una alacena llena de jabones y desinfectantes: Convengamos que cuando uno está depre la ida a un supermercado es doblemente deprimente, sólo pararse en la góndola de los de limpieza y ver a Mr. Músculo te hace recapacitar de la necesidad de tener un chongo que te lave los platos.
- Tener como compañeros de trabajo al menos 20 médicos babosos que diariamente efectúan algún acto galante como traerte el café, decirte “hoy estas hermosa”, y regalarte la ultima galletita del paquete. Cuando uno anda bien en la vida estos mismos gestos resultan tediosos, decadentes y hasta insoportables, pero en la peor etapa, una mirada masculina sexual, te levanta dos puntos el ánimo.
- Tener una amiga/o crónicamente bajón; si bien uno le escapa a este tipo de seres que hablan una hora por teléfono para contar desgracias, enfermedades y soledades, en momentos de caída libre al ánimo, una persona que sienta que efectivamente la vida sólo la castiga a ella esta buenísimo, al menos esa hora de angustia telefónica uno delira que lo propio es “una cosita de nada”.
- Tener wi-fi, una cosa es estar deprimida en tu casa en una silla dura y fría y otra muy distinta es estarlo en el confort de tu cama conectada a internet, comentando alguna estupidez del facebook o simplemente intentando deducir la contraseña de tu ex probando nombres y lugares comunes, dándote cuenta que el muy culiado no te consideró jamàs como opción posible para ninguna de sus claves.
- Tener uñas largas y piernas depiladas, si bien parece una Minimaleada muy Minimaleada, es súper importante. Ante el estrés uno tiende a comerse la uñas, por lo que un buen stock de éstas ayudan a que pasado el transe nuestras manos sigan teniendo algún sex appeal, al igual que la depilación, si además de abandónica y rehuyente al baño uno posee los pelos como jugados de futbol de 1º, es muy difícil logar un poco de autoestima necesaria.
Pero la vida te da y te quita, y así, en pleno auge de mi Yo, asomando la cabeza con ánimos de respirar otros aires, sucedieron tres sucesos anti Minimales que destrozaron mi plan maestro reconstituyente:
- Me quede sin crédito en el medio de una conversación importantísima
- La pintura de uñas se me cayó al piso quedando tres dedos sin pintar y sin Cutex como para despintarme el resto
- Un grano adolescente sucumbió en medio de mi rostro, deformando con lo peor de la etapa juvenil, lo mejor de mi etapa adulta.
Así, nuevamente deprimida caigo en conclusión, que si bien las Minimaleadas ayudan, las antiMinimaleadas son 100 veces peores que las primeras!
Imagen: Mano (tinta s/papel) V.Vitar
Dedicado a PC, mas depresivo, menos Minimal.