
Este año voy a pensar seriamente la lista de regalos que quiero para navidad.
Le digo adiós a la frase “lo que vos quieras”, cuando me pregunten ¿Qué querés que te regale?
Le digo basta a aceptar de buen agrado cualquier tipo de regalo y quedarme con un baño de espumas de vainilla y canela a pesar de pensar que son los dos olores más mareantes que existen sobre esta tierra.
Claudico ante las tarjetas musicales, y más aun ante los regalitos plagados brillo que no tienen ningún uso salvo el de incomodar en la casa y terminar acumulando polvo en algún rincón y menos aún los que incorporan música navideña reiterativa.
Me rehúso a aceptar una bombacha color rosa como regalo “complemento”, esas que siempre quedan en el cajón y jamás se pierden o se rompen, por lo que es la primer opción que se asoma cada vez que estas apuradísima en vestirte y contra toda tu voluntad la terminas usando un 23 de mayo a pesar de lo incomodas que son y de lo estéticamente decadentes.
Para ello, he tomado un curso intensivo y silencioso con mi suegra, sin que ella sepa, y como estudiante oyente de sus clases magistrales, tome nota de cada uno de sus movimientos, y creo que me siento preparada para aprobar el examen, y recibirme de...
Le digo adiós a la frase “lo que vos quieras”, cuando me pregunten ¿Qué querés que te regale?
Le digo basta a aceptar de buen agrado cualquier tipo de regalo y quedarme con un baño de espumas de vainilla y canela a pesar de pensar que son los dos olores más mareantes que existen sobre esta tierra.
Claudico ante las tarjetas musicales, y más aun ante los regalitos plagados brillo que no tienen ningún uso salvo el de incomodar en la casa y terminar acumulando polvo en algún rincón y menos aún los que incorporan música navideña reiterativa.
Me rehúso a aceptar una bombacha color rosa como regalo “complemento”, esas que siempre quedan en el cajón y jamás se pierden o se rompen, por lo que es la primer opción que se asoma cada vez que estas apuradísima en vestirte y contra toda tu voluntad la terminas usando un 23 de mayo a pesar de lo incomodas que son y de lo estéticamente decadentes.
Para ello, he tomado un curso intensivo y silencioso con mi suegra, sin que ella sepa, y como estudiante oyente de sus clases magistrales, tome nota de cada uno de sus movimientos, y creo que me siento preparada para aprobar el examen, y recibirme de...
“la mejor regalada del mundo”
Es difícil, sobre todo porque ella lleva años de ventaja en esto de descalificar, devolver o tirar regalos que no le gusten.
Sé que me falta mucho para que el alumno supere al maestro, pero me comprometo a poner todo mi esfuerzo.
Quiero ser tan regalada como ella!!!
Ejemplos prácticos obtenidos hasta el momento:
1.
¿Que querés que te regale?
Mira, cualquier cosa, pero que no sea anteojos como el año pasado, al final se me rompieron al mes, se ve que no eran de buena calidad.
2.
Esta linda la remerita, pero ni loca me la pongo, es tan escotada que la gente va a pensar que soy una viuda buscando nuevo novio!, la voy a cambiar por algo que sea mas de mi estilo, otro color, más fino.
3.
Ay no! Yo no uso camisones!. Me gusta usar el que tengo, no hay nada como el camisón de una ya gastado. Además el algodón de antes, no tiene nada que ver con el de ahora, puro Nylon.
Lamentablemente, lo único que yo puedo dictar es un curso práctico, eficaz e intensivo, denominado:
“cómo responder a tu suegra desubicada”
Doy garantías de que la Regalada, tendrá sólo palabra de agradecimientos, cuando vos humildemente le lleves de regalo, un par de aritos comprados a ultimo momento en Farmacity!.
Imagen: V. Vitar (instalacion)