Taxi: pasajeros del horror

Si pudiera dividir al mundo en dos, utilizaría como criterio de selección dos tipos de pasajeros de taxis, y en en función de eso, su castigo divino.





En un grupo colocaría a los tediosos pasajeros que se ponen ansiosos al subir y comentan al tachero cuestiones triviales de la vida como el clima, e partido del domingo o las imitaciones de Tinelli. Aquellos que esperan a llegar a destino para recién allí abrir su bolso, buscar su billetera y tironear los billetes en busca del cambio que jamás poseen para terminar renegando con el chofer que le insiste que no puede darle un vuelto de $100 por un viaje de $3.80. Y finalmente están en este grupo los que esperan con cara de perros malos un vuelto de $0.10 centavos, porque suponen que esta estafa permitirá que el tachero en un futuro se vuelva millonario.





Del otro lado del grupo se ubican seres que suben al taxi con la esperanza de que el chofer sea mudo o al menos sufra de una disfonía temporal para así evitar cualquier tipo de intercambio verbal. En este grupo se ubican lo que calculan el viaje a realizar y separan en algún bolsillo de la cartera un importe aproximado, con tal de que una vez llegado al destino poder salir lo mas prontamente del auto. Jamás, pero jamás esperarían un vuelto inferior a $0.25 centavos, antes de que el chofer comience con escusas baratas sobre la falta de monedas, sale del auto y le dice "quedate con el cambio".





Ahora, si e mundo fuese justo, a los insoportables del primer grupo debieran tocarles los autos más viejos, sucios con olor a pino, plagados de estampitas de santos imposibles y muñecos deformes y móviles. Además debieran compartir el viaje con choferes malhumorados, insultadores al volante, fanáticos de Radio 10, opinólogos de cualquier tema y fanáticos del fútbol.





Pero como el mundo tiene sus injusticias, a los que somos del segundo grupo nos toca el maleficio del primero y tenemos que romperlo con contestaciones tajantes y contundentes:

Taxista: Vio lo que paso con el cura Grassi?

TucuMala: No

Taxista: Al final lo condenaron ¿qué le parece?

TucuMala: Me parece que ya es suficiente con que Ud. me esté condenando a escuchar esta radio de mierda, no me condene además a escucharlo!

Imagen: sin importancia... robada de por ahi.