lunes, 27 de junio de 2011

Asi Somos...


Es algo así como ese placard todo revuelto que siempre quisiste ordenar y de tanto decirlo evitas abrirlo para no volver a renegar de tu propio desorden.

O como el mate lavado con el agua demasiado fría que seguís cebando por la única razón de no levantarte de tu silla poltrona para caminar exactamente 12 pasos hasta la cocina por lo que mecánicamente seguís tomándolo a riesgo de morir de un ataque al hígado.

Así somos.

Somos los que nos cuesta arrancar, nos cuesta finalizar, los que remamos una relación un par de meses más "por si un hada mágica le cambia un microchip en la neurona del amado" y de lo contrario "porque aún no estamos preparados para el bardo que significa una mudanza".

Hay días en que preferimos comer fideos sin queso, porque rallarlo nos implicada un esfuerzo sobrehumano y decidimos dejar los postres para otro día, por la simple razón que no de pasamos por la frutería porque no quisimos caminar dos cuadras más para sacar plata del cajero, con lo cual nuestra billetera esta flacucha y tristona y nuestro cuerpo se castiga sin vitaminas.

No cambiamos los números amigos de Personal porque odiamos hablar por teléfono a las operadoras, odiamos todo ser humano que nos vende telefonicamente un servicio, la inutilidad humana nos saca de quicio y la bondad innecesaria nos desespera.

Así somos.

Y como soy del gremio de los que Así somos, sé que debo terminar el blog, porque como al placard casi casi no lo quiero mirar, y lo mantengo como al mate lavado y la remo como a una relación frustrada, por eso vuelteo un poco me subo a la calesita de la vida y le doy una vuelta más, como si un hada desquiciada me iluminarapara devolverme la inspiración que otrora tuviera.

Pero no.

Se acaba.

Somos los que lloramos de penita, y nos reímos con ganas.

Los que decimos las cosas de frente pero también frente al espejo antes de una ducha con seres imaginarios y bravos.

No hacemos leña del árbol caído, simplemente decimos, somos del gremio de los que tuvimos la suerte de que nuestro padre nos hiciera de Boca y de Atlético!

Y esta vez, si que se acaba, pero ¿cómo terminar el blog sin mencionar a mi padre?

Y otra vuelta más. (me quedan dos tickets más)


imagen: V. VITAR

martes, 14 de junio de 2011

Previa


Deben haber sido miles, toneladas de trabas invisibles que sostienen mi cabellera desparramadas en este mundo y que no están más conmigo. Fueron.
Si me devolvieran la cantidad exacta de lapiceras que perdí en la vida, con ellas me alcazaría para escribir una linea que de vueltas al mundo y todavía me sobraría tinta para estampar mi firma.

No quiero recordar la ropa que he extraviado en mi existencia, si por esas cosas de la vida, existiera algo sobrenatural que atrás mio recolectara las prendas olvidadas en las sillas de bares y colectivos, podría yo sola hacer la colecta anual de Caritas.

Pero, no todo se pierde, están las desapariciones, los agujeros negros en nuetras propias casas que esfuman mágicamanete las medias, lamentablemente no las dos, solamente una, como para que uno sepa que FALTA su compañera y decida extrañarla.

En ese mismo agujero se extravían encendedores, paraguas y sacacorchos. Existen, pero son objetos que jamás se encuentran a mano y uno termina por ingeniárselas sin ellos, he llegado a destrozar un vino en plena cita romántica porque el único sacarochos visible era uno casi casi sin rulito y oxidado, quedando la pared de mi casa estampada con un Picasso que ni el mismísimo maestro hubiera podido hacer.

¡Y personas!,
las personas también se pierden en nuestras vidas, seres maravillosos que fueron succionados de la tierra y de los que nada sabemos, y otros maquiavélicos que nos rodean apestosamente el resto de nuestra existencia. Por ahí el mundo se encarga en hacerte recordar que es un pañuelo y reaparecen cual mostruos salidos del video de Thriller en lugarres insospechados y volvemos a descubrislos y a decirnos ¡Pero si estás igual!, aunque no lo estemos porque el tiempo en lugar de hacer desaparecer canas y estrías, se encarga de remarcarlas con flúor, mal que nos pese.

Dice Borges "Solo aquello que se ha ido es lo que nos pertenece" , y tiene razón, por eso hoy incio el proceso de despedida del blog.

En agosto se termina!
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viernes, 3 de junio de 2011

La Probadita



Vamos probando en la vida y de tanto probar hay cosas que nos terminan gustando.

Hay cosas que eran impensadas a cierta edad y poco a poco las vamos incorporando en nuestras vidas. Recuerdo ver a mis padres comiendo palta y esa pasta verde me daba tanto asco que pedía que la alejaran de mi sector de la mesa, y hoy paso por un verdulería y lo primero que hago es buscarlas.

De chica envidiaba a mis vecinas que tomaban coca-cola todos los días, mientras que en mi casa sólo se la consumía los domingos, hoy me provoca nauseas la bebida oscura, su gusto me intriga no puedo entender cómo tiene tanto exito, habiendo otras cosas más ineresantes.

Pero es cierto que hay hay amores a primera vista que se mantienen eternamente en nuestras vidas aunque sean amores complicados y molestos.

La primera vez que probé el pucho tenía 14 años, una amiga se había peleado de su novio porque se había dado cuenta que fumada y al revisarle la campera, encontró evidencia suficiente de su adicción! en un acto de ira guardó casualmente el paquete de Parliament 10, como manera de evitar que el malviviente continuara con su delito. Llorando nos contaba la frustración de tener un ADICTO de novio. La consolamos y 10 minutos más tarde estabamos buscando el baño de algún bar en pleno centro para La probadita.

La novia frustrada dio la primer pitada (aun llorando), se relajó, se rió y dijo "Me gusta".

La amiga ideosa de la "La probadita", dió la segunda pitada y tosiendo dijo "No me gusta".

La TucuMala, aceptando cualquier idea de cualquier amiga desquiciada sin oponer ningún tipo de resistencia, dio la tercer pitada y dijo "Me encanta".

Así, sin quererlo y gracias al novio irrecuperable nos convertimos secretamente el el grupito fumanchin de la escuela, revelando nuestro vicio recién a los 17.

La que proponía las sesiones fumanchinas pero que detestaba el pucho siempre terminaba tosiendo y maldiciendo la idea, es al día de hoy que no fuma, a pesar de haber elegido para su vida una chimenea de Marlboro como novio.

La que dijo "me gusta", simplemente y sin mucha alegría, aquella novia llorona y recatada que no podía aceptar la idea de tener un noviecito fumanchín, se convirtió en una chimenea de puchos en poco tiempo, se la ve siempre con sus manitos ocupadas entre cámaras de fotos y puchos. Ha inventado la necesidad del cigarrillo armado como manera de fumar menos, pero esto simplemente ha complicado el vicio, sin haberlo mermado ni un poquito, nada.

La que claramente y sin titubeos dijo "me encanta", que supo agarrar el pucho de manera espontánea y tranquila, que dió una bocanada de felicidad y supo que ahí mismo se instauraba la necesidad acertiva de PÜCHO-CAFE-PUCHO, y que realizó toda su facultad debatiendo conceptos mientras se extinguían Gitanes a veces sin darles siquiera dos pitadas, tuvo su momento de decepción, de abandono y de recuperación limitada al vicio.

Lo único que no puedo comprender es cómo hay gente que se sorprende del vicio de otro, las veo entrando a un kiosco arrebatando chocolates y postrecitos quejandose de las enfermitas del cigarrillo. Los veo dándole al Fernet con coca de manera compulsiva, mientras se quejan porque los fumadores piden la mesa de afuera del bar. Te veo a vos comiéndote las uñas y así todas masticadas y con los dedos deformados señalándome que por favor me siente del otro lado de la mesa porque no te gusta que te de el humo en la cara. Y a vos, en un acto de locura porque el mozo e dice que no hay Fanta zero y por lo tanto tendrás que ver qué otra gaseosa consumirás porque no tomas agua ni aunque te abandonaran en el Zahara poniendo carita de asco cuando humildemente le dijo al mozo que es un infradotado si pretende atender en una mesa de afuera y no llevar consigo un encendedor para sus potenciales clientes.

Porque yo los respeto a todos, adictos al chocolate, enfermitos de las uñas, del colirio en los ojos, de la cultura light, del gimnasio diario y extremo!

No los jodo, no prendo puchos donde no se debe, y no te miro con cara de asco cuando a las 2 a.m revolves tu mesita de luz buscando un m&m que supones olvidado ni mucho menos cuando te comes uno todo derretido y vencido que con habilidad extrema supiste detectar en una esquina del cajón.

Igualmente, vuelvo el tiempo atrás, no me arrepiento de haber probado, pero definitivamente, exclamo:

"Macho es el que probó y no le gustó".



Imagen: V. Vitar (detalle)